Ayacucho
Joven era cuando soñé
con un mundo donde nunca encajaré.
Fantasías que por años alimenté,
pero de a poco abandonaré.
Océanos de por medio,
entre los míos y el lugar a donde naufragué.
Ráfagas que insisten que si de afuera vengo,
de afuera siempre seré.
Ayacucho,
tierra que me vio crecer, irme y volver.
Imposible es perderse,
imposible es entender
que huir no es sanarse,
aunque aceptarlo hace bien.
Amores, noches, sueños que añoré
me perseguirán de por vida,
no sin antes recordarme
que nunca me arriesgué.
Ayacucho,
tierra que coseché y quemé,
a la que le hice daño, pero amo y amaré.
Imposible es perdonarme,
imposible es no sentir
culpa por no haber sido cauto…
pero arrepentirse es así.
Back to Top